Señor, Tú que te has hecho pobre para enriquecernos, para que podamos participar de tu plenitud, haz que no nos dejemos seducir por los señuelos de felicidad vinculados a la riqueza y el consumo.
Señor, Tú que te has hecho pobre para enriquecernos, para que podamos participar de tu plenitud, haz que no nos dejemos seducir por los señuelos de felicidad vinculados a la riqueza y el consumo.