Señor:
Quiero salir de la vulgaridad, romper las cadenas del miedo, el anonimato de la masa y el hastío de los indecisos; dar un paso adelante, mantener la dignidad y abrir caminos de esperanza, como Tú.
Ir contigo dondequiera que vayas: repechos y cumbres, tormentas y bonanzas, desiertos y bosques, centros y periferias, fiestas y vigilias; los pies desnudos y el corazón en llamas. como Tú.
Quiero mantenerme firme frente a la soberbia que nos engríe, frente a la avaricia que nos deshumaniza, frente a la ira que nos envenena, frente a la «buena vida» que nos acomoda, frente a la envidia que nos empequeñece, frente a la desgana que nos debilita.
No caer en la tentación: los ojos abiertos a la voluntad en el Padre, como Tú.
Sentir, como Tú.
Gozar, como Tú.
Vivir, como Tú.