Creo, salto de júbilo, porque Tú solo llenas este gratuito hueco de existencia.
Tú solo tienes la palabra que en silencio me convence.
Tú solo llegas cundo todo, todo, todo ya se ha ido.
Creo. Creo y me entrego, me hundo, vuelo y me quedo sin aire, sin vida, sin mí mismo dentro.
Y esto es la fe. Y lo demás… silencio.