Giovanni di Pietro Bernardone, 1181/1182-1226
Se dice de él [de Francisco] que, en la oración que hacía, le reveló Dios dos cosas, le descubrió dos abismos: el uno, el de su pobreza y flaqueza propia; el otro, las riquezas grandes de Dios. Si esto veis, y Dios os lo descubre, diréis: “Señor, ¿que bien viene vuestra misericordia para mi miseria, vuestra sabiduría para mi necedad, vuestras riquezas para mi pobreza!”
Juan de Ávila Gijón, 1499-1569
Descansará sobre ellos vuestra paz
Lc 10, 1-12