Les enseñaba con autoridad
(Mc 1, 21b-28)
Jesús es el profeta. Y permanece vivo entre nosotros. Su palabra sigue resonando como un eco en nuestras Iglesias, en la Biblia que tenemos en nuestra casa y con la que meditamos y oramos con la Palabra, en la vida de tantos hombres y mujeres que se han comprometido a ser sus discípulos, a seguir sus huellas en su vida concreta. Jesús es nuestro profeta. Y muchos cristianos, hombres y mujeres de buena fe, son profetas de Dios. Con su vida anuncian al Dios de la Vida. No hay que angustiarse. Hay que abrir los ojos y descubrir a los testigos de la vida y la liberación a nuestro alrededor. Ellos son los profetas que iluminan nuestro caminar para que sigamos las huellas de Jesús.
Feliz domingo
A nuestro hermano Julián
en el día de su onomástica.